Tras sonar el timbre, he tenido que volver a entrar en clase. Estaba todo más tranquilo que hacía un rato.
El profesor había llegado en silencio y sin ni siquiera saludar, ya estaba explicando la lección. Espero que éste sea el único profesor que hace eso. Sino tendré que llevar cuidado de llegar siempre puntual.
Durante la clase he hablado un poco con mi compañero de pupitre. No lo suficiente como para saber qué tipo de persona es, pero he podido intuir que es tan tímido como yo.
Tiene una cara muy dulce y la voz suave. Es como si fuera un niño pequeño, aunque su manera de hablar y expresiones son más maduras que las mías.