~ No he sabido poner las entradas más antiguas al principio de la página... así que para leerlo en orden, de abajo para arriba ~

30 jul 2012

--> ¿Ebi?

Después de eso sonó el timbre nuevamente.
Entré junto con Shibata-kun a la clase, y me senté a su lado. Se le muy feliz. Ebi entró más tarde en el aula, pero se sentó en la primera fila. ¡Ni siquiera me miró!
-¡Ebi!.-Llamé al chico antes de que llegara ningún profesor. Sabía que si esperaba un poco más, podría perder mi oportunidad de hablar con él.
Éste, hizo caso omiso a mi llamada.
-¡Ebi!.-Volví a nombrar a ver si esta vez me atendía. Sin éxito.
-Déjalo.-Susurró Shibata-kun en mi oído.
"Por... ¿por qué me ignora?" Me preguntaba a mí mismo a la vez que veía que ni siquiera se giraba al oír su nombre.
-¿Vas a estar todo el tiempo pendiente de él?.-Preguntó el chico rubio mirando con desprecio a Ebi.
-Tan solo quiero saber qué le molesta. (suspiro).-Contesté por lo bajo.
-Ya te lo he dicho antes... ya se le pasará. No tienes por qué preocuparte.-Ha explicado Shibata-kun.
No hemos podido hablar más sobre el tema, porque el profesor ya había llegado. era el profesor que sin saludar ya empezaba a explicar todo... y a una velocidad a la que resultaba imposible copiar nada.
-Tsukioka. Esta tarde... ya sabes.-Recordó el chico.
Afirmé con la cabeza a pesar de temer un poco por lo que pretendía hacer Shibata-kun.
-Nos lo pasaremos bien.-Dijo en un tono burlón.
"Pues... esa misma tarde aprenderé qué significa pasarlo bien para mi amigo. Así podré decidir si vale la pena estar con él... o no." Pensaba mientras miraba cómo Shibata-kun sonreía travieso.
-Qué callado estás... ¿Sigues pensando en Ebisawa?.-Se reía el chico popular.
-No. So... solo estoy en mis cosas.-He contestado rascándome la cabeza.
-Tus cosas... Ojalá pudiera saber todo lo que ronda por tu mente.-Susurró mientras me examinaba de arriba a abajo.
-¡No es nada raro!.-He exclamado algo asustado.-Por si es lo que piensas.
-Ya... ¿Sabes? Esta tarde me enteraré de todo.-Afirmaba Shibata-kun jugueteando con mi cabello.
-No me toques.-Me quejé.
-¿Te pone nervioso?.-Preguntó el chico acercándose más a mí y frotando mi espalda.
-¿No me has oído?.-He preguntado en un tono más elevado al suyo y con un poco de rabia.
Fingiendo que no me hacía caso, empezó a abrazarme y a pegarse a mi cuerpo.
-¡CHICOS! Vale ya, ¿o qué?.-Llamó la atención el maestro.
Toda la clase clavó sus miradas en nosotros dos. Me empecé a ruborizar al sentir que todos miraban cómo me abrazaba mi compañero.
-Shi... ¡SHIBATA!.-Grité tratando de que se apartara un poco. El chico entendió mi intención, y se sentó bien.
-Perdone. Puede continuar.-Se disculpó ante el profesor.