-¡Hey! ¡¡Tsukioka!!.-Llamaba alguien gritando.
Me he dado la vuelta y he podido ver cómo mi compañero de pupitre se acercaba corriendo hacia mí saludando.
-Perdona. No te había visto.-He dicho acercándome hacia él.-Etto... todavía no sé tu nombre...
-¡Soy Ebisawa! y, a partir de ahora, tu nuevo amigo.- Decía el chico estrechándome la mano.
-Ebi... Hmmmm...-He contestado mientras me relamía.
Al escuchar su nombre se me ha venido a la boca el delicioso sabor de las gambas. (Ebi es gamba/camarón en japonés).
-¡Así es! Llámame Ebi si quieres.-Afirmaba el chico esbozando una amplia sonrisa.-¿Quieres que te acompañe luego a tu casa?
-No... no hace falta...-He contestado para que no se molestara. Aunque la verdad es que nada me gustaría más.
-Pues... ¡te voy a acompañar!.-Ha exclamado el chico entre risas.
-Gracias por la molestia. Mmm... ¿Vives cerca del instituto?.-He querido saber.
-Sí, pero no tengo problema en llegar tarde a casa.-Contestaba mientras acomodaba su verde cabello.
Después de esto, ha vuelto a sonar el timbre para que entráramos nuevamente a clase. Mientras volvíamos al aula, no hemos vuelto a hablar. El descanso se me había pasado demasiado rápido.
/Bueno. Aquí otro dibujito que he hecho. Así conocéis a Ebi. Muy dulce, ¿verdad?/