~ No he sabido poner las entradas más antiguas al principio de la página... así que para leerlo en orden, de abajo para arriba ~

1 ago 2012

--> Aclarando las cosas

-¡Ebi!.-Llamé nuevamente al chico del pelo verde.
Finalmente se detuvo. Lo abracé por la espalda fuertemente para que no se me escapara.
-Tengo que hablar contigo.-Dije mientras apoyaba mi cabeza sobre su hombro para captar su delicioso perfume.
-Tsu... Tsukioka... ¿puedes soltarme?.-Pidió con una voz muy débil.
-Podría. Pero no voy a hacerlo.-Contesté agarrando más fuerte todavía su camisa.
-¿No? ¿Por qué?.-Se extrañó el chico.
-Porque no me gusta verte así. Cuéntame qué te pasa.-Dije tras darle un beso en la mejilla, al igual que él había hecho cuando me acompañó a casa.
Ebi giró su cabeza y me miró perplejo. No decía nada.
Caminé hasta ponerme en frente de él.
-¿Por qué estás tan molesto?.-Pregunté al fin.
-Yo... yo... Pensaba que no me querías contigo... desde que eres tan amigo de Shibata.-Contestó tristemente. Realmente parecía que se iba a poner a llorar.
-Claro que quiero estar contigo, Ebi. De hecho llevo todo el día detrás de ti llamándote.-Repliqué.
-Lo siento... Creo que sentí algo de envidia.-Dijo al oír mi respuesta agachando la cabeza.
-No debes tener envidia.-Tranquilicé levantando su rostro con una mano.
-Tsukioka... Prométeme que no dejarás de ser mi amigo.-Me pidió el chico con una de las miradas más tiernas que he podido ver.
-Te lo prometo.-Contesté con mucha confianza mientras tomaba sus manos.
-Gra... gracias.-Dijo con algo de timidez soltando mis manos.
-Bueno. Solo quería eso. saber que estabas bien. Mañana nos vemos, ¿sí?.-Quise despedirme a la vez que miraba el reloj del instituto.
-Pero yo no quiero que te vayas.-Dijo con una de sus sonrisas tan características.
-Solo son unas horas. Mañana estaré todo el día contigo.-Confirmé mientras acariciaba su cabello.
Después fui a recoger mis cosas, y me dirigí hacia mi casa.
Al terminar de comer, alguien llamó a mi móvil. fui a ver de quién se trataba.