~ No he sabido poner las entradas más antiguas al principio de la página... así que para leerlo en orden, de abajo para arriba ~

3 ago 2012

--> hoy

Finalmente llegamos a su casa. Está bastante cerca de la mía. En el exterior tenía un grandísimo jardín lleno de flores y estatuillas de gnomos.
-Bienvenido a mi casa.-Dijo Shibata-kun introduciendo la llave en la cerradura de la puerta para abrirla.
-Wow...-Fueron mis palabras al ver el pasillo principal. La casa era muy grande, y se veía muy bien decorada.
-Veo que te gusta.-Dijo entre risas contemplando mi rostro.
-Es muy bonita.-Repliqué.
-¿Te apetece tomar algo?.-Preguntó llevándome a la cocina.
-¿Qué tienes?.-Quise saber.
-Podemos tomar té.-Propuso mostrándome las bolsitas.
-Sí, por favor.-Contesté agradecido por su oferta.
-Espérame aquí.-Dijo mientras me acompañaba a la sala de estar.
Afirmé con la cabeza. Mientras el chico estaba preparando el té, estuve observando cada detalle de la sala.

/Seguiré escribiendo :S/

2 ago 2012

--> A saber la que me espera...

"Shibata-kun". Dije para mis adentros mientras cogía el móvil.
-¿Moshi moshi?.-Pregunté cuando ya había descolgado.
-¡Tsukioka! ¿No se te olvidará lo de esta tarde...?.-Dijo el chico que hablaba conmigo por teléfono.
-No. No se me olvida. Hmmm... ¿Dónde quedamos?.-Pregunté sin muchas ganas.
-En la puerta del Instituto. ¿Te viene bien?.-Contestó él.
-Sí. Allí estaré.-Afirmé.-
-¿A... las cinco?.-Propuso Shibata-kun.
-Me parece bien.-Contesté mientras miraba la hora. Todavía quedaba mucho tiempo para prepararme.
-Bueno. Te espero entonces. Que no venga tu amigo...-Advirtió.
-De acuerdo. Hasta luego.-Dije para concluir nuestra conversación.
"¿Qué problema tendrá con Ebi?". Me preguntaba a mí mismo tras colgar el teléfono.
Estuve dándole vueltas a la cabeza, e incluso me dieron ganas de traer a Ebi conmigo, pero finalmente me decanté por ir solo para no tener problemas con Shibata-kun. Me cambié de ropa, y estuve haciendo deberes hasta que se aproximó la hora fijada.
Cuando llegué a la puerta del Instituto, el chico rubio ya estaba allí esperándome. Me acerqué a él aligerando el paso y le saludé con la mano.
-Tsukioka, qué guapo vienes.-Dijo examinándome.
-Gracias, tú también.-Le devolví el piropo.
-¿Te apetece ir a dar una vuelta, tomar algo...?.-Preguntó encogiéndose de hombros.
-Me da igual Decide tú.-Contesté.
-Pues podemos ir a mi casa. Ahora estoy solo.-Propuso con una sonrisa en su rostro.
Afirmé con la cabeza, y, no muy convencido le seguí.
-Así ya me aprendo dónde vives.-Afirmé sacando tema de conversación.
-Sí. Otro día me toca a mí ir a la tuya.-Contestó mientras pasaba su brazo por mi hombro.
-Shibata-kun... tú... ¿tienes algún problema con Ebi?.-Pregunté al fin.
-¿Yo? No. Es solo que...-Trató de responder a mi pregunta de manera que le creyera.
-¿Solo que...?-Repetí.
-Solo que me apetecía estar solo contigo.-Terminó su frase hablándome en el oído.

/Perdonad por haber tardado tanto en escribir. He estado algo liada, y supongo que así seguiré lo que queda de mes. Tardaré más en ir publicando las entradas, pero luego en septiembre iré actualizando cada día./

1 ago 2012

--> Aclarando las cosas

-¡Ebi!.-Llamé nuevamente al chico del pelo verde.
Finalmente se detuvo. Lo abracé por la espalda fuertemente para que no se me escapara.
-Tengo que hablar contigo.-Dije mientras apoyaba mi cabeza sobre su hombro para captar su delicioso perfume.
-Tsu... Tsukioka... ¿puedes soltarme?.-Pidió con una voz muy débil.
-Podría. Pero no voy a hacerlo.-Contesté agarrando más fuerte todavía su camisa.
-¿No? ¿Por qué?.-Se extrañó el chico.
-Porque no me gusta verte así. Cuéntame qué te pasa.-Dije tras darle un beso en la mejilla, al igual que él había hecho cuando me acompañó a casa.
Ebi giró su cabeza y me miró perplejo. No decía nada.
Caminé hasta ponerme en frente de él.
-¿Por qué estás tan molesto?.-Pregunté al fin.
-Yo... yo... Pensaba que no me querías contigo... desde que eres tan amigo de Shibata.-Contestó tristemente. Realmente parecía que se iba a poner a llorar.
-Claro que quiero estar contigo, Ebi. De hecho llevo todo el día detrás de ti llamándote.-Repliqué.
-Lo siento... Creo que sentí algo de envidia.-Dijo al oír mi respuesta agachando la cabeza.
-No debes tener envidia.-Tranquilicé levantando su rostro con una mano.
-Tsukioka... Prométeme que no dejarás de ser mi amigo.-Me pidió el chico con una de las miradas más tiernas que he podido ver.
-Te lo prometo.-Contesté con mucha confianza mientras tomaba sus manos.
-Gra... gracias.-Dijo con algo de timidez soltando mis manos.
-Bueno. Solo quería eso. saber que estabas bien. Mañana nos vemos, ¿sí?.-Quise despedirme a la vez que miraba el reloj del instituto.
-Pero yo no quiero que te vayas.-Dijo con una de sus sonrisas tan características.
-Solo son unas horas. Mañana estaré todo el día contigo.-Confirmé mientras acariciaba su cabello.
Después fui a recoger mis cosas, y me dirigí hacia mi casa.
Al terminar de comer, alguien llamó a mi móvil. fui a ver de quién se trataba.

31 jul 2012

--> Empezamos bien...

En la siguiente y última hora de clase, Shibata-kun volvió a tontear. Pero esta vez, no nos llamaron la atención, no. La profesora nos mandó salir de la clase. Nada más empezar el curso y ya me expulsan... Todo por culpa de ese... Grrr...
-Bueno, así podemos aprovechar para hablar más.-Tranquilizó el chico rubio cerrando la puerta tras salir de la clase. Yo ya estaba esperándolo fuera.
-Esto hará que bajen mis notas... ¡No deberías hacer eso!.-Me quejé a la vez que le culpaba.
-Siéntate.-Ordenaba el chico tras sentarse en un banco de madera que había en el pasillo.
-¡NO!.-Grité algo enfadado. Me crucé de brazos y me puse a mirar por la ventana.
-Tsukioka, no te pongas así. Siéntate.-Volvió a repetir.
-¡Te he dicho que no!.-Exclamé sin ni siquiera mirarle. Seguía observando el exterior.
-Ven conmigo.-Había dicho Shibata-kun en un tono más misterioso y agarrándome de la manga de la camisa.
-A... ¿A dónde?, ¿Para qué?.-Preguntaba algo extrañado mientras era arrastrado por el chico popular.
-Calla y sígueme.-Ordenó nuevamente.
-N... ¡no! ¿Y si tenemos que entrar ya?.-He dicho tratando de soltarme.
Shibata-kun me ha empujado contra unas de las taquillas que había en ese pasillo.
-¿Me vas a obedecer?.-Preguntó en un tono que intimidaba.
-No.-Volví a repetir. Me tapé el rostro con las manos al pensar que Shibata-kun iba a golpearme.
-Tonto.-Dijo algo más calmado a la vez que retiraba mis manos y se acercaba para abrazarme.
"Este tío se pasa el día abrazándome. Me hace sentir incómodo". Pensaba cada vez que volvía a hacerlo.
-Volvamos.-Dije apartando a mi amigo.
Al fin nos dejaron entrar en la clase, pero ya casi había terminado. Apenas pude copiar un par de líneas y ya sonó el último timbre del día. Por fin a casa, ¡sí! O no... No debería estar tan alegre... Tenía miedo por lo que pudiera pasarme esa misma tarde.
-¡¡Ebiii!! ¡EBI!-Llamaba a gritos al ver salir de la clase a mi compañero.
Fui lo más rápido que pude tratando  de alcanzarle mientras veía cómo se alejaba más y más. Necesitaba que me explicara lo que había pasado antes y por qué estaba tan molesto. Me tenía muy preocupado.


/Oooh, pobre Ebi... me da penita T.T/

30 jul 2012

--> ¿Ebi?

Después de eso sonó el timbre nuevamente.
Entré junto con Shibata-kun a la clase, y me senté a su lado. Se le muy feliz. Ebi entró más tarde en el aula, pero se sentó en la primera fila. ¡Ni siquiera me miró!
-¡Ebi!.-Llamé al chico antes de que llegara ningún profesor. Sabía que si esperaba un poco más, podría perder mi oportunidad de hablar con él.
Éste, hizo caso omiso a mi llamada.
-¡Ebi!.-Volví a nombrar a ver si esta vez me atendía. Sin éxito.
-Déjalo.-Susurró Shibata-kun en mi oído.
"Por... ¿por qué me ignora?" Me preguntaba a mí mismo a la vez que veía que ni siquiera se giraba al oír su nombre.
-¿Vas a estar todo el tiempo pendiente de él?.-Preguntó el chico rubio mirando con desprecio a Ebi.
-Tan solo quiero saber qué le molesta. (suspiro).-Contesté por lo bajo.
-Ya te lo he dicho antes... ya se le pasará. No tienes por qué preocuparte.-Ha explicado Shibata-kun.
No hemos podido hablar más sobre el tema, porque el profesor ya había llegado. era el profesor que sin saludar ya empezaba a explicar todo... y a una velocidad a la que resultaba imposible copiar nada.
-Tsukioka. Esta tarde... ya sabes.-Recordó el chico.
Afirmé con la cabeza a pesar de temer un poco por lo que pretendía hacer Shibata-kun.
-Nos lo pasaremos bien.-Dijo en un tono burlón.
"Pues... esa misma tarde aprenderé qué significa pasarlo bien para mi amigo. Así podré decidir si vale la pena estar con él... o no." Pensaba mientras miraba cómo Shibata-kun sonreía travieso.
-Qué callado estás... ¿Sigues pensando en Ebisawa?.-Se reía el chico popular.
-No. So... solo estoy en mis cosas.-He contestado rascándome la cabeza.
-Tus cosas... Ojalá pudiera saber todo lo que ronda por tu mente.-Susurró mientras me examinaba de arriba a abajo.
-¡No es nada raro!.-He exclamado algo asustado.-Por si es lo que piensas.
-Ya... ¿Sabes? Esta tarde me enteraré de todo.-Afirmaba Shibata-kun jugueteando con mi cabello.
-No me toques.-Me quejé.
-¿Te pone nervioso?.-Preguntó el chico acercándose más a mí y frotando mi espalda.
-¿No me has oído?.-He preguntado en un tono más elevado al suyo y con un poco de rabia.
Fingiendo que no me hacía caso, empezó a abrazarme y a pegarse a mi cuerpo.
-¡CHICOS! Vale ya, ¿o qué?.-Llamó la atención el maestro.
Toda la clase clavó sus miradas en nosotros dos. Me empecé a ruborizar al sentir que todos miraban cómo me abrazaba mi compañero.
-Shi... ¡SHIBATA!.-Grité tratando de que se apartara un poco. El chico entendió mi intención, y se sentó bien.
-Perdone. Puede continuar.-Se disculpó ante el profesor.

29 jul 2012

--> Solo Shibata-kun

-¿Qué crees que le pasa a Ebi?-Pregunté a Shibata-kun cuando nos fuimos de allí.
-Está claro. Tiene celos.-Contestaba con toda la normalidad del mundo.
-¿Celos? ¿Pero de qué?.-He preguntado algo extrañado.
-Porque yo soy más popular que él y tú estás conmigo.-Ha respondido el rubio subiendo su ego más de lo normal.
-(suspiro). Qué tontería más grande... ya hablaré con él.-He dicho dirigiendo la mirada nuevamente hacia Ebi, que estaba a lo lejos.
Shibata-kun ha tomado mi rostro entre sus manos haciendo que le mirara a él.
-Shi... Shibata-kun...-Nombré al chico.
-Tsukioka, ¿Te gusta estar conmigo?-Preguntó acercándose un poco a mí.
-¿Por qué no me iba a gustar? Si no me gustara... ¿Crees que estaría aquí ahora mismo?.-He contestado con otra pregunta al no querer decirle directamente que me encantaba estar con él.
El chico popular sonrió. Supongo que se habría sentido bien al oír aquello.
-A mí también me gusta estar contigo.-Afirmó sin dejar de mirarme fijamente.
Shibata-kun me estaba poniendo muy nervioso, así que lo único que se me ocurrió fue apoyar una de mis manos en su pecho y alejarlo de mí sutilmente.
-Tsukioka... Mírame.-Ordenó el chico al notar que yo había vuelto a mirar hacia donde se encontraba mi amigo Ebi.
-Me... me siento mal por él.-He contestado obedeciendo.
-Pero ahora soy yo. Ya tendrás tiempo de hablar con él.-Decía el rubio tratando de hacerme entrar en razón.
-Sí.-Afirmé cautivado por su intensa mirada.


/Perdonad que hoy no haya escrito mucho. No me sentía muy inspirada, pero he tratado de hacerlo un poco más... interesante. Tengo mil cosas en la cabeza, y ninguna tiene que ver con la historia. xD ya será mejor otro día./

28 jul 2012

--> De nuevo en problemas

Tras oír el sonido del timbre que indicaba que había empezado el descanso, he salido al pasillo. El grupo de chicas que siempre rodeaba a Shibata-kun cuando llegaba, me ha arrinconado.
-¿Quién eres tú para robarnos a nuestro Shibata?-Preguntó una chica enfurecida.
-¡Sí, eso! ¿Quién te ha dado permiso?.-Decía otra apoyándola.
-Y... yo... no os he robado a nadie...-Trataba de defenderme a la vez que cubría mi rostro con las manos.
¿Que no nos has robado a nadie? ¿Y por qué se ha sentado a tu lado?-Ha preguntado la primera chica indignada.
-Si he hecho algo mal... no era mi intención.-Contesté excusándome.
La chica apretó fuertemente su puño y trató de golpearme, pero en ese momento llegó Shibata-kun agarrando el brazo de ella y frenó el puñetazo.
-Shi... ¡Shibata-kun!.-He exclamado entusiasmado al verle.
El chico, esbozando una sonrisa, me ha abrazado cariñosamente.
-Gracias. Ya lo has vuelto a hacer.-Contesté correspondiendo a su abrazo.
-Dejad en paz a Tsukioka. No os volváis a meter con él.-Ha amenazado al grupo de chicas, las cuales, no han tardado en desaparecer de nuestra vista.
-Menos mal que siempre apareces cuando te necesito, Shibata-kun.-He dicho en un suspiro.
El chico soltó una risita.
-¿Vamos afuera?.-Proponía señalando al jardín.
-Sí, vale.-Contesté.
Cuando salimos, nos acercamos a Ebi, que estaba ahí sentado sobre el césped viéndonos llegar.
-¿Qué haces, Ebi?.-He preguntado al verle tan solitario.
-Hmmm, nada. Solo pienso.-Contestaba él dirigiendo su mirada hacia el chico popular.
-¿Y en qué piensas?.-Preguntó Shibata-kun con intriga.
-Qué más te da. Tú y yo apenas nos conocemos, y no creo que tengamos nada en común.-Ha respondido éste algo enfadado.
-Ebi... ¿Te pasa algo?-Pregunté sentándome a su lado y acariciando su verde cabello.
-Quiero estar solo.-Contestó tratando de que nos fuéramos.
-Ya lo has oído, Tsukioka.-Ha señalado el chico popular tomándome de la mano para que me levantara.
-Cu... cuando quieras hablar... ya sabes dónde estamos.-Recordé a mi amigo antes de que Shibata-kun se me llevara de ahí.